Colección otoño-invierno

El aire está cargado de humedad. Los bosques cambian sus colores. Los humanos nos abrigamos y la gente de vinilo también, si tiene un dueño que se precie...

Este otoño se ha hecho esperar, por lo menos aquí, en el norte silvestre.

Hacía tanto calor hasta hace dos días que ni siquiera te apetecía coger la labor de lana. Daba agobio hasta pensar en gorros y bufandas!!

Peeeeero, claro, con tanta gente menuda en la Biblioteca, no podemos improvisar. Todas las niñas tienen que tener preparado un guardarropa adecuadamente silvestre para los primeros fríos.

-Tú esperrar, Clarra, yo quitare el cabellio del rrrostro.

-Lecturas preparadas, niñas? No sólo la ropa otoñal es importante, las lecturas adecuadas también.

-Rrrespóndele tú a la Jefa Bib, Clarrita, que a mí siempre me corrrriggge la prrronuciazione.

Mientrrras tanto, voy a fazere una pirrouetta de doble rrriesgo. 

Y ale hoppp!

Tacháaaan!! Siemprrre consigo caer en zapato.

-Se dice "caer en pie" Pirouette, guapa.

Clara, por favor, ayuda a Pirouette con su español silvestre, ya lleva mucho tiempo aquí y aún pronuncia las erres como un canciller alemán.

Bueno, a ver que os vea. Date una vuelta Pirouette, vas muy guapa y abrigadita.

Muy bien que el cinturón de la chaqueta también te sirva de bufanda... eso es iniciativa!

Y estupenda idea, Clara, la de ponerte una manzanita en el gorro.

Así la gente de los alrededores sabrán -sin lugar a duda-, que sois chicas de la Biblioteca silvestre.

Caperucita Roja versus Ana de Tejas Verdes

-Pero por supuesto que Caperucita Roja es un personaje más bonito que la tonta de Ana de Tejas Verdes!!

-Qué dices, Gabsy! No tienes ni idea! Ana era una chica decidida, pizpireta, sensible, imaginativa...

la tonta de Caperucita no tenía otra cosa en mente que estrenar su capa nueva.

-Y te extraña, India? La capa de caperucita era suave, calentita, estilosa y... roja!! Lo tenía todo para sentar de miedo! Porque, ¿cómo vestía Ana con aquellos vestidos sin forma, oscuros, andrajosos...?

-Pero qué me dices de las mangas abullonadas?? Acaso no son el summun del estilo??

-Quizá Caperucita también llevaba mangas abullonadas bajo la capa... y además aquel pinafore tan mono....

-También Ana llevaba pinafores, por supuesto, todas las niñas los llevaban en aquella época.

-El caso es que Caperucita siempre será considerada como el epítome de la niñez, el paradigma de la feminidad infantil. Gracias a Caperucita, los franceses identifican el rojo con lo femenino.

-La cuestión es que solo hay un cuentito pequeño y breve sobre Caperucita, mientras que sobre Ana hay por lo menos ocho!!

-Porque Caperucita no necesitó más que un libro para que se la conociera mundialmente!!

-En fin, a mí me gusta más Ana.

-Pues a mí más Caperucita.

-Pues a mí más Ana.

-A mí, más Caperucita.

-Ya basta niñas, que no hay por qué elegir. Os pueden gustar ambas y tampoco es necesario justificar vuestro atuendo de hoy. Se acabó la discusión, hombre ya....

Obsesión otoñal

Se me "acusa" de tener querencia por los colores cálidos: rosas, corales, calderas, rojos...

No lo voy a negar porque no hay más que hacer un recorrido por el blog.

Pero, es que ¿cómo resistirse a este colorido otoñal que nos brinda la Naturaleza?

Y creo que, -para bien o para mal-, influyo en mis chicas, porque han decidido vestirse con estos colores tan otoñales que nadie diría sobre el papel que pueden ir juntos, 

pero ya veis lo guapísimas que van.

Y es que, si queda bien en la Naturaleza, por qué no va a quedar bien en nuestro vestuario??

Ellas, rodeadas de nuestro mundo silvestre, estudian la Naturaleza, las flores, los árboles de los alrededores de la Biblioteca

y los aplican sabiamente en cuanto pueden.

Nadie, nadie diría que un rosa empolvado queda bien con un rojo óxido, salvo Anne Marie, que ni corta ni perezosa los ha mezclado, e incluso ha añadido un bolsito fucsia.

Claro que siendo pelirroja y con los ojos miel, esos colores cálidos le sientan de maravilla.

Alejandra se ha puesto un jersey a juego con el beanie que nos hicieron nuestras amiguitas Martina y Cristina, que tienen unos colores otoñales MA-RA-VI-LLO-SOS.

Como esta lana matizada tiene un surtido tremendo de colores, hemos podido conjuntarlo fácilmente con esa faldita y esas medias en rosa empolvado.

Maggie ha sido la menos arriesgada porque claramente el tostado va bien con cualquier otro color

y ella ha conjuntado esa faldita de pana con una camiseta y una chaqueta coral.

Sin embargo, el toque valiente lo aporta el bolsito de color arcilla.

Pues sí, este año el otoño ha tardado taaaaanto en llegar que todas tenemos cierta obsesión con sus colores.

Nos apetece un montón llevar ropa de colores otoñales.

A vosotros también os pasa???

Otoño en París

Ay, Chloé, Chloé... Nuestra primera lesly en llegar se va de vuelta a su tierra natal.

Pero tranquilos, sólo por unos días: siete, concretamente.

Para su maleta de una semana ha pedido a Gabsy que le hiciera unos conjuntos con los tonos de la bandera de su querida patria, y Gabsy, -tras repasar juntas el libro de cabecera: Chic parisino-,  le ha diseñado estos conjuntos que os enseñamos. Uno para cada día.

El lunes llevará este vestido en lana con colores rojo, blanco y azul (aunque marino, y no el de la bandera), a juego con las medias, botas de agua rojas y tammie en azul marino y pompón rojo.

El martes, llevará una camiseta de rayas marineras en honor a Coco Chanel, un pantalón en denim, chaqueta larga azul marino y gorro celeste de pescador.

Es imprescindible que el bolso tenga algo de brillitos para sofisticar el atuendo.

El miércoles llevará unos leggins de rayitas rojas bajo falda de tutú, muy a la manera francesa, sweater y chaleco de pelo en color crudo.

El toque silvestre lo pone la seta de collar.

El jueves llevará una boina roja (hay algo más parisino???), medias rojas, falda vaquera acampanada y 

un sweater en color crudo (cambiamos el blanco por un tono más otoñal), con un dibujo de flores en la pechera.

El viernes llevará un pantalón marinero azul marino, medias rojas, chaqueta roja,

blusa de plumetti blanca, lacito rojo al cuello y beanie azul marino.

El sábado va toda en tonos crudos: abrigo en tweed, pantalones cargo en beige,

blusa, beanie y cinturón en color gamuza, bolso de estrellitas y mocasines.

El domingo suben las temperaturas y va a llevar faldita, medias, lazo y zapatos rojos,

con un sweater con canesú redondo y mangas abullonadas. Y un micro bolsito con cierre y cadena en plata (falsa) y un rubí (falso) como adorno.

Total, creo que lleva demasiada ropa para una semana, pero ella dice que el París de sus amores no merece menos despliegue.