
Como nos aseguró que la música sería suave y las bebidas alcohólicas estarían a una altura fuera del alcance de los niños, nos los llevamos para su jardín....

Hemos estado charlando, bailando y escuchando sus historias del otro lado del charco hasta las tantas, pero creo que aún durará la fiesta varios días más......

La bebida sigue fría, la comida caliente y la compañía exquisita....

Y hasta nos hemos bailado una conga, bajo la extrañada mirada de nuestros niños!!!