Ganas de llegar a casa

-Ay! Por fin en casa, qué cansadísima estoy!! Estoy deseando de quitarme los zapatos y la ropa y ponerme a leer un rato en mi rincón favorito de la Biblioteca.

-Indiaaaaaa, eres tú????

-No, por favor, qué pesadas son mis hermanas, no me dejan ni un ratito tranquila...

-Ya has llegado de los recados???

-Haré como que no las he oído, a ver si me puedo sentar a leer un rato.

-Indiaaaa, nos compraste las chuchesss?? 

Te dieron las gafas nuevaaaaas?? 

Las has estrenado yaaaaa??

-Será posible? No me voy ni siquiera a poder tomar un vasito de agua y elegir entre mis lecturas favoritas?

Yo creo que si estoy calladita y no hago ruido, igual piensan que no soy yo la que ha entrado.

-Indiaaaaa, ven y enséñanos las gafas nuevasssss, y trae las chuches de pasooooo!

Y no te escondas a leer, que sabemos que eres túuuuu, que te hemos visto llegar por la ventanaaaaa!!

 -Me comprendéis ahora?? Si podéis elegir, nunca seáis trillizas.

Trenca azul

Para ser una trenca le faltan las características abotonaduras de cuerda y cuerno de asta, pero al ponérsela Helen encima de ese vestido, me ha recordado a esa preciosa prenda de la que hoy voy a hablaros.

-Estás monísima con esa trenca azul regalo de Ilona, Helen!
-Gracias, Rosana.

-Ves? Qué majas sois las mayores, que me llamáis por mi nombre!

La trenca, -también llamada duffle coat o montgomery- fue el abrigo indie por excelencia, y los mods en los años 50, las llevaban sobre sus trajes de pantalones estrechos.

Durante nuestros años de colegio fueron un indispensable, no me digáis que no. Que levante la mano quien no haya llevado (o visto llevar a alguno de sus hermanos) este tipo de abrigo!!

Las trencas se caracterizan por:

-llevar capucha, 

-ser tres cuartos, es decir por encima de la rodilla, 

-ser ligeramente cruzadas y atarse con unos cordones de yute (o algodón), llamados alamares y unos botones en madera con forma de barrilete o en asta (o imitación en plástico) de colmillos de morsa,

-llevar dos bolsillos de plastón en la parte baja,

-llevar doble canesú cuadrado,

-estar fabricadas en paño de lana, gruesa y calentita.

El origen de Duffle coat parece estar en las prendas que exportaba una ciudad belga llamada Duffel, aunque no eran abrigos con esta forma.

Más tarde, en la Segunda Guerra Mundial, lo popularizó el general Sir Bernard Montgomery, del cual también conserva el nombre.

Como tantas otras prendas, el origen de su expansión se lo debemos al ejército. La trenca fue en principio usada por los integrantes de la Marina Inglesa debido a la comodidad de abrochar y desabrochar los botones curvados, grandes y escasos en las presillas (o alamares) sin necesidad de quitarse los guantes.

El tamaño de su capucha también permitía ponerla encima de la gorra militar.

Y en sus amplios y simples bolsillos (sin tapa ni botones), cabían mapas, catalejos y brújulas para facilitar la labor de los marineros.

La densidad de su lana (originaria de Duffel) la hacía resistente al agua y abrigaba de los tremendos vientos en alta mar.

Tras la Segunda Guerra Mundial, el stock de ropa del ejército fue entregado al pueblo, con lo que su uso se popularizó.

El color original fue camel o marrón, aunque la Armada Británica lo pidió en azul marino a juego con los uniformes.

Actualmente, las trencas se fabrican en infinidad de colores y, aunque durante un tiempo se destinaron mayormente al público infantil, se han vuelto a poner de moda de la mano de grandes firmas de moda como Celine, Burberry o Miu Miu.

A mí me encantan desde siempre, lo mismo que estas chaquetas típicas de Ilonette.

Original de Famosa "En la ciudad" y las buenas amigas

Cómo está de bella Martita con ese original de Famosa "En la ciudad" que no puede ser más bonito????

Para mí sin embargo, lo mejor no es eso, no es que este conjunto le siente maravillosamente.

Lo mejor es que ha sido un regalo "porque sí" de mi amiga (maravillosa aunque no me hiciera regalos) Ana (Ilona en internet) del blog Nancy a los cincuenta.

Os lo creéis?? Yo tampoco puedo, pero así es. Y no sólo ha sido este súper actual abrigo vintage sino

otras cuatro creaciones suyas que iré enseñando.

A ver, que el regalo en sí me encanta, pero lo que más me encanta es la cantidad de amigas (y un par de amigos) que me han llegado gracias al blog.

Yo, que quiero a mis amigas con locura y con pasión, adoro tener la oportunidad de conocer fantásticas personas gracias a este espacio muñequil.

Varias de esas personas han pasado a formar parte de mi "lista de amigos" y es algo que me enriquece y me hace sentir más querida y mejor persona.

Este post se lo quiero dedicar a Ilona, pero no es la única que me ha dejado patidifusa a lo largo de los años con su generosidad y su cariño.

Como la peli: "¿Qué he hecho yo para merecer esto?"

Me siento feliz y agradecida a todos los que os pasáis por este espacio diminuto del mundo internáutico y volvéis una semana tras otra para ver a mis muñecas y leer mis pequeñas historias.

 Y me siento feliz de haber conocido a todas esas amigas y amigos, que han traspasado la pantalla y se han convertido en personas reales para mí. No voy a nombrarlas para no dejarme a nadie, pero seguro que sabéis quiénes sois.

Mil gracias Ana por tu tiempo y tu cariño.

La guerra de las dos rosas

No es increíble la Historia??

La guerra de las dos rosas enfrentó entre los años 1455 y 1487 a las casas de York y Lancaster, cuyos jefes eran hermanos casados con hermanas. Ambas casas eran descendientes de los Plantagenet y aspiraban al trono de Inglaterra. El nombre con que se conoció a esa contienda hace referencia a los emblemas de las casas. Sus primeros contrincantes fueron:

Juan de Gante (duque de Lancaster) (rosa roja) casado con Constanza de Castilla, hija de Pedro I el cruel de Castilla y María Padilla.

Edmundo de Langley (duque de York) (rosa blanca), casado con Isabel de Castilla, hermana de Constanza.

Esta semana nos ha tocado en la Biblioteca hablar de guerras famosas y a las leslys les ha parecido bien pelear (una vez más) en uno de los dos bandos.

En el bando de las rosas rojas estaban:

Y en el bando de las rosas blancas:

Aquí tenéis a toda la troupe.

Gabsy, por su ascendencia escocesa, opina que los bravos guerreros de Lancaster eran mucho más valientes que los de York.

Rosie dice que, como su propio nombre indica, ella prefiere los tonos rojizos.

Clara tiene las ideas ídem y siempre lo ve desde el lado más blanco posible.

Y Estrella emana una luz blanca y radiante y prefiere apoyar a las rosas blancas de York.

Qué color hay más circense que el rojo?? Por eso Tallulah viste de rojo decantándose por apoyar a la casa Lancaster.

Y ya sabéis que Annie solo usa rosas o rojos, así que no quedaban dudas respecto a ella.

Sol brilla también en el firmamento y además dice que ella, que entiende de princesas por ser una de ellas, sabe de buena tinta que la casa de York tenía las princesas más bellas y adorables de toda Inglaterra.

Bimba tenía sus dudas puesto que su admirado Sir Francis Drake lucía el blanco en una faja horizontal y en dos estrellas de seis puntas en su mismísimo escudo de armas, peeeero también tenía un dragón de color rojo.

En fin, como a las rosas blancas les faltaba una, decidió priorizar el blanco de las estrellas al rojo del dragón.

Y aquí las tengo, en plena batalla verbal, que si Juan de Gante era un caradura o que si Edmundo de Langley un bellaco.

Que si Constanza era más divertida que Isabel o

que si Isabel montaba a caballo con más soltura que Constanza.

Que si las rosas rojas son más fragantes que las blancas

o las blancas pinchan menos que las rojas.

Que si York suena a jamón o que si Lancaster a desodorante.

Nada, no se ponen de acuerdo ni para atrás.

En fin, como batalla dialéctica no ha estado nada mal. Sólo espero que no extiendan su pelea más allá de las clases.

Aquí os dejo con los retratos individuales de todas las participantes.

Que sepáis que la guerra de las dos rosas acabó con la Edad Media Inglesa y dio paso al Renacimiento.

Que así sea en nuestra Biblioteca.