Vosotras, las coleccionistas, me entenderéis...
Es difícil escoger tu muñeca favorita... aún más cuando todas ellas tienen ese
alma de princesa que no pueden abandonar.
Todas quieren destacar, llamar la atención... y ser la protagonista de todos los cuentos.
Algunas -solo unas pocas- son princesas de sangre real, con
prueba de guisante incluida.
Y es que ser princesa es algo más que tener una cara bonita...
Todas quieren portar tiara principesca, vestir con tules y tafetanes,
sedas brillantes y linos bordados.
Brillar más que las demás,
engalanarse con joyas de diamantes del tamaño de nueces y rubíes refulgentes.
Todas, hasta las más pequeñas, pretenden ser admiradas por su porte y su elegancia, viviendo como auténticas herederas reales en un palacio majestuoso, lleno de brilli-brilli
y tener un ejército de vasallos a sus pies, satisfaciendo el más insignificante de sus caprichos.
Pero es que esto no es un palacio, ¡¡es una Biblioteca!!, y cuanto antes pongan los pies en el suelo, mejor.
¡Hola Rosana! Sí que es verdad que tienes un buen puñado de princesas por la Biblioteca, tan bonitas todas ellas. Seguro que bajan de las nubes y se ubican en el lugar que les corresponde.
ResponderEliminar¡Besos!
la lesly princesa notó el guisante bajo los colchones. ;) es la misma que quería integrarse con el resto, pero no le proporcionaban ropas adecuadas para parecer una chica más?
ResponderEliminarestoy de acuerdo, aunque varias integrantes de la biblioteca tengan sangre azul, es mejor que se hagan a la idea de que la biblioteca silvestre es otra cosa.
besitos!!
Qué susto me he llevado, cuando he leído el título "demasiadas princesas para un solo palacio" he pensado que estabas pensando en reducir tu colección de princesitas pero ya veo que no, qué alivio.
ResponderEliminarYo creo que si ellas se consideran princesas es porque lo son, así que no hay que quitarles esa idea de la cabeza pero se puede ser princesa y tener los pies en la tierra y hacer cosas de provecho, como limpiar y ordenar la biblioteca, por ejemplo.
La Barriguitas de la última foto tiene una cara preciosa.
Besos
Pero qué monada de princesas, que parecen unos bizcochitos, empezando por mi debilidad, tu Nancy de cien pesetas. No puede estar más guapa con ese vestido tan elegante...o tu ochentera, que también es un bellezón. La barriguita en la camita es una monería, y las Leslys...tú ya sabes lo que me gustan.Claro que...hay que trabajar, pero yo sé que tú en la Biblioteca las tienes bien derechas, ya no hay sitio para la princesa tonta caprichosa. ¡A currar!
ResponderEliminarBesotes. Pilar. (Cómo se nota que se me acabaron las vacacioneeees!)
Ay, Marinette, lo intento cada día... y cada día, me encuentro con alguna que quiere que le lleve el desayuno a la cama y escriba su correo privado... uff, esto es un sinvivir. Si se te ocurre algún modo de bajarles los humos. ya me dirás!
ResponderEliminarBesitos
Sí, Chema... La princesa Soledad Cornelia Ofelia Amelia Celia Fernandina Augusta, ahora llamada Sol para abreviar, es de las pocas princesas reales y auténticas de la Biblioteca. Te acuerdas de todas mis historias. Cierto, al principio no se integraba porque no tenía pantalones ni ropas más "silvestres" y no podía hacer las actividades que hacían las otras. Eso se solucionó gracias a la comprensión de mis otras leslys, que le prestaron un montón de pantalones. Aún le queda algún ramalazo principesco, no creas. El otro día, me dijo que le sirviera un piscolabis en la salita del ala oeste. ????? Pero si en el ala oeste solo están los libros descatalogados de finales del XVII!!! En fin...
ResponderEliminarBesitos
Noooooo, Maribelle, eso sería impensable para mí ahora mismo. No puedo abandonarlas a su suerte después de lo que cada una ha tenido que pasar hasta llegar hasta nuestra Biblioteca. De hecho, en breve (espero), vendrá una nueva integrante...
ResponderEliminarBueno, desde luego, incluso princesas, aquí las tengo barriendo y ordenando la sección de los catálogos de armas medievales que empezaban de Q a Z. Faltaría más!!
Besitos miles.
Por cierto, la última barri es la del post anterior, la del picnic de manzanitas! A mí también me encanta.
ResponderEliminarBesitos
Hola Pilar!! La primera nancy tiene una belleza serena como la de una princesa de cuento, y la ochentera no se queda muy lejos... pero de ahí a que vayan por la Biblioteca pavoneándose va un gran trecho y eso no puede ser. Aquí, incluso las princesas reales, han de comportarse como verdaderas compañeras silvestres y arrimar entre todas el hombro para que la Biblioteca reluzca de limpia y ordenada, ja, ja, ja.
ResponderEliminarA mí también se me acabaron las vacaciones... sniff!
Besitossss
Hola Rosana. Ya estoy de vuelta por aquí. Veo que la Biblioteca está llena de integrantes de real abolengo. Pero con su ramalazo silvestre, jaja, así que estás princesas se amoldan a todo y son un poco también de andar por casa, jaja. Son todas preciosas. Me alegra volver a tu Biblioteca, siempre me saca una sonrisa. Besossss
ResponderEliminarA mí me pasa con los libros lo que a ti con tus muñecas 😆
ResponderEliminarBesos.
He intentando comentar y me ha dado problemas, así que lo repito por si acaso.
ResponderEliminarA mí me pasa con los libros como a ti con tus muñecas 😆
Besos.
Rosana, he perdido tu whatsapp con mi móvil que ha pasado a mejor vida. -Ya sabes, mándame un mensajito, por favor. Gracias, guapetona. Pilar.
ResponderEliminarHombre Anabelu, qué alegría volverte a leer!! Me encanta que hayas vuelto y que leer mi blog te haga sonreir! Es una satisfacción!!
ResponderEliminarBesitos
Devoradora, ya ves que salieron tus dos comentarios. Se ve que Blogger a veces hace unas travesuras.
ResponderEliminarYo, que adoro leer, tengo favoritos, e incluso, detestados, así que definitivamente, no me pasa como con mis muñecas.
Besitos
Pilar, retomado el contacto. RIP por tu móvil... ja, ja, ja.
ResponderEliminarBesitos