Con lo friolera que soy, pasé toda la noche bien abrigadita.
Quizá era un atuendo demasiado claro para una cena por la noche, pero mi pelo rojizo destacaba tanto sobre mi abrigo crudo......
Sólo lo adorné con un broche en tonos rosas pálidos, casi monocromático.
La ilusión de vestir una casaca hindú con ese cuello caja y ese cinturón a juego, me acompañó toda la velada. A punto estuve de pedir pollo al tandoori.
Y os diré que conseguí llegar a casa sin una sola mancha!!!