Unos lo odiaréis y a otros os encantará, pero dudo que este tocado deje indiferente a nadie.
Y quién de vosotras se lo pondría??? Charlotte es ciertamente atrevida, le gusta experimentar con la moda y cuando vio este adorno, no lo dudó.
Supo enseguida que era el complemento perfecto para aquel vestido de su madre, estilo Jackie O.
Elegante, pero un poco minimalista. Ella prefiere algo más rebuscado, aunque con eso llame la atención.
O quizá precisamente por ello????
Yo creo que hay que tomar el sol con precaución, pero no me negaréis que ese color saludable y rosita que nos pone el sol en las mejillas, es muy favorecedor!!!
Con ese mismo punto de vista, a todos los barriguitas que llegan a mi casa blancuchos y sin color, les hago un tratamiento de belleza tras un buen baño.
Os pongo aquí los ejemplos de cómo quedaron:
Pippa (antes)
Pippa (después)
Danny (antes)
Danny (después)
Bitsy Mae (antes)
Bitsy Mae (después)
Jenny (antes)
Jenny (después)
Y aquí una entusiasta que se propasó:
No hay que exagerar!!!!!
El tratamiento de belleza consiste en mezclar Nivea u otra crema hidratante (blanca) con un porriquitinín de tinte rojo de zapatos (lo que podáis coger con un palillo de dientes para dejar la crema hidratante con un color rosa chicle fuerte). Con un bastoncillo de algodón se aplica en dos coloretes sobre las mejillas del interfecto y se retira con una toallita desmaquillante al cabo de unos minutos o una hora (depende del vinilo). A mí me gustan mucho más con colorcillo en la cara, como si hubieran pasado la tarde en el campo.
Este es uno de los vestiditos que he hecho para Nenuca, que más me gustan.
Por la combinación de colores: distintos tonos de azul y distintos tonos de rosa,
por la hechura del vestido y los remates: el piquillo en las mangas y ese bies en tres tonos de la falda, que además le da vuelo puesto que es un pelín rígido,
y por sus accesorios: la chaqueta en turquesa con lentejuelas fucsias (idea de Silvia) y el bolsito de "après-ski" con yoyó.
Total: me encanta.
PD: tengo que escanear los patrones, pero estoy de un vago......
La boina es una prenda de tamaño reducido que cubre exclusivamente la parte superior de la cabeza, dejando muy poco espacio entre su superficie interior y el cuero cabelludo. No cubre las orejas ni la nuca.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el primer ejército que utilizó la boina fue el alemán, pero fue el ejército inglés -que combatía en el norte de Africa- el que dio a la boina su definitivo uso marcial.
Aquellos soldados desecharon el sombrero sudafricano-australiano, que, aunque protegía muy bien del sol, debido a sus anchas alas, proyectaba demasiada sombra sobre los hombros del soldado, facilitando la puntería de los tiradores alemanes, por lo que lo cambiaron por boinas.
Al finalizar la guerra en Europa, la penuria hizo renacer el uso de la boina, especialmente por las mujeres, que tras largos años de no poder cubrirse más que con un mísero pañuelo, encontraron en la boina una prenda altamente favorecedora.
La boina "civil" mantiene su lucha con muchos competidores de tocado de cabeza: sombreros de ala ancha, gorros de lana de esquiador, gorras con visera, diferentes gorros de ala corta.....
Pero debido a la sencillez del artículo, su facilidad para llevarlo (se enrolla sin arrugarse) y sus características (lana transpirable, cálida en invierno y protección frente al sol en verano), se sigue utilizando entre la población rural y -en menor proporción- la población urbana.
Como muestra, la mayoría de los diseñadores de grandes firmas mantiene el artículo vigente y cada año producen modelos enfocados al mundo femenino.
Siempre que Lidia sale de paseo por el campo, vuelve a casa con los bolsillos llenos:
una piedra de río lisa y plana que aumente su colección, una hoja en forma de corazón,
un palito cuya corteza huele a regaliz, un ramillete de flores.....
por eso le encanta este vestido que le ha hecho su abuela:
fresquito, cómodo y con grandes bolsillos para guardar todos sus hallazgos.
