El baño de las trillizas (la llegada sin censura).

Por si fuéramos pocas en la Biblioteca, nos han llegado trillizas.

Llegaban tan tan tan sucias y polvorientas del largo camino, que lo primero que hicimos fue prepararles un baño de espuma.

Mirad qué cara de cansancio traían. Se quedaron fritas inmediatamente.

Aunque son trillizas, Brandy es castaña, India es pelirroja y Rosie es rubia. Sus ojos, los descubriréis cuando despierten...

Nunca antes, en toda la historia de los spas de la Biblioteca silvestre, habíamos tenido que utilizar tantos cosméticos y productos hidratantes, exfoliantes, nutritivos, espumantes, balsámicos, desodorantes, emulsionantes, depilatorios y "bellezantes" como con estas trillizas. Santo Cielo!!

Vaya pelos que traía Brandy!! Y había que hidratar sus labios y mejillas.

India necesitaba un buen peinado y unas pestañas más permanentes.

Rosie estaba blanca como un fantasma, sin vitaminas ni nada.

Venga, ahora el pelo... vaya mugre!!!

Parte del proceso está hecho. Limpias y oliendo bien, las envolvimos en toallas calientes y las dejamos descansar otro ratito.

Pero por diops, chicas, al menos dejad los tapones puestos!!! Vaya desastre!

Cerrad los frascos y poned un poco de orden en el baño, que esto va a salir en las fotos!!!

Porque por mucho que nuestra Biblioteca sea SILVESTRE, aquí no permitimos el caos!

PD: Ya sé que os enseñamos la llegada a la Biblioteca antes, pero como en las buenas cuentas de instagram, estaba todo falseado, ja, ja, ja.

Pon una capa en tu vida

Pocas prendas evocan el PODER con mayúsculas como lo hace una capa. Símbolo de la supremacía de los súper héroes, del don ultraterrenal de los vampirillos o de la capacidad de desaparición de los magos.

Prenda de abrigo por excelencia en la Europa medieval, cayó en desuso hasta el siglo XIX, cuando resurgió como prenda de gala.

Actualmente, la capa, ese abrigo todo terreno, nos permite abrigar sin ocultar,

mostrar nuestro look pero bien protegidas del frío.

Las capas, urbanas y cómodas, dan testimonio de nuestro estilo y resultan híper femeninas!

Maleni ha elegido esta en terciopelo fucsia, con seis botones y bolsillos de plastrón,

para salir a la calle bien protegida contra viento y marea.

El color resalta su piel de invierno, además.

Bajo la capa (muy fácil de quitar y de poner, otra ventaja), un vestidito en flores rosas,

con dos botoncitos en el canesú, y puños y bajo tableado.

Las medias tupidas fucsias y las botas marrones, hacen que esté la mar de calentita.

Las trillizas llegan a casa

Las trillizas se despidieron de sus compañeras en el internado

prometiendo escribir para contar sus aventuras.

Pero no os las he presentado aún:

Esta es Rosie,

esta, ya sabéis que es Brandy,

y ésta es India.

En cuanto llegaron a la Biblioteca les preparé un baño, como a todas mis recién llegadas.

-Hale, a la bañera, id quitándoos la ropa!

Y empecé a preguntarles sus gustos y a dejar que hablaran.
India es muy charlatana y tiene unos ojos preciosos entre azul y verde.

Rosie es más calladita, y muy dulce.

Brandy es la que manda, definitivamente, muy despierta y madura.

Supongo que habréis reconocido dos de los vestidos. De vez en cuando, enviamos al internado ropa que se les queda pequeña a nuestras Leslys...

Y ya veis, el vestido de Brandy y el de Rosie, vinieron de vuelta con ellas.

Qué curioso, no??

El internado francés

Este otoño pasado fuimos a buscar a una niña acogida en un prestigioso internado francés en Ste. Micheline de Fronsac.

La directora del centro sabía que yo necesitaba más ayudantes para la Biblioteca y me llamó para decirme que una alumna muy aplicada, Brandy, había oído hablar de lo silvestre de nuestra casa y que había solicitado venirse a vivir con nosotras.

Esta es Brandy cuando la conocimos. Nos estaba esperando en la puerta, muy impaciente.

                 

Realmente tenía pinta de muy modosita, espabilada e inteligente.

El caso es que se ofreció a enseñarnos el internado y, de repente,

aparecieron otras dos niñas muy parecidas a Brandy, pero una rubia y otra pelirroja. Brandy nos contó que eran sus hermanas (son trillizas), y por la cara de pena que pusieron todas, enseguida vimos que nos habían preparado una "encerrona". 

                 

                 

Tenían puesto el abrigo, la bufanda y los leotardos. Y las maletas preparadas.

Somos realmente blandos: se vinieron las tres.

Continuará...